Uno de los motivos de consulta mas frecuente durante el puerperio (período en el que se acaba de tener un bebé), es la disminución de la líbido, reportada por la paciente como falta de interés o apetito sexual, o manifestado por el esposo como el rechazo a tener relaciones.
Hormonalmente, para inducir y sostener el periodo de lactancia, es necesario mantener elevados los niveles de Prolactina, la cual es una hormona que estimula la producción de leche y es antagonista directa de los estrógenos, grupo de hormonas que generan todos los cambios necesarios en el cuerpo femenino para que se active el deseo sexual.
Es por ello que los seis primeros meses después del parto son difíciles. El déficit de estrógenos afecta la mucosa vaginal, tornándola mas fina y delicada, incidiendo también sobre la lubricación vaginal y el deseo sexual. Todo esto induce tres cambios importantes. Falta de interés sexual, disminución de la lubricación y dificultad para alcanzar el orgasmo. Es importante que ambos miembros de la pareja entiendan que esto es temporal y que responde a una conducta normal y esperable para el momento fisiológico que vive la paciente y que hasta puede empeorar con el uso de anticonceptivos orales monofásicos de los que tradicionalmente protegen la lactancia, como el Arlette®, Cerazette®,Exluton®, entre otros.
Adicionalmente, en esta fase de la relación de pareja, hay un pequeño ser que invade los espacios y ocupa todo el tiempo de sus padres. Por esto, si a esta disminución de estrógenos le sumamos los trasnochos normales de cualquier bebe, y la mala costumbre maternal de dormir juntos en la misma cama, llevamos la vida sexual a temperaturas bajo cero. El esposo, en quien los trasnochos disparan su testosterona, quiere reanudar actividades sexuales, las cuales por mala información habían sido suspendidas durante el embarazo, supuestamente para no hacerle daño al bebé. La esposa, realmente no quiere tener relaciones, no le nace, pero accede por cumplirle a su pareja, y al comenzar la relación sexual, la falta de lubricación genera dolor, ardor e incomodidad en ambos. Muchas veces la mujer no alcanza el orgasmo o se ven interrumpidos por el llanto del intruso.
Esta es una realidad de la mayoría de las parejas, que debe ser interpretada y manejada según las recomendaciones de un profesional.
Somos esclavos de nuestras hormonas. No se sientan mal, no están solos.
Acuda al Médico especialista de su preferencia.
*****Dr. Carlos Rodríguez Rojas****
Médico Especialista en Ginecología y Obstetricia
— CLINICA RAZETTI DE BARQUISIMETO —
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